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martes, 26 de abril de 2016

LA QUINTA OLA


LA QUINTA OLA

  • AUTOR: Rick Yancey.



  • AÑO DE PUBLICACIÓN: 2013.

  • OTROS LIBROS DE LA MISMA SERIE: El mar infinito.

  • SÍNTESIS:
Después de la primera ola... la Tierra quedará a oscuras.
Después de la segunda ola... solo huyen los afortunados. Después de la tercera ola... solo sobreviven los desafortunados.
Después de la cuarta ola... ya no puedes confiar en nadie.
En el amanecer de la quinta ola, Cassie está huyendo por un tramo desolado de autovía. Huye de ellos. De esos seres que, aunque parezcan humanos, deambulan por el campo eliminando a cualquiera, dispersando y aislando a los escasos supervivientes. Cassie sabe que la única opción para seguir con vida es seguir sola. Sin confiar en nadie. Hasta que se encuentra con Evan Walker, un enigmático joven que parece capaz de ayudarla a encontrar a su hermano. Ha llegado el momento de tomar una elección definitiva: confiar o perder la esperanza, desafiar o rendirse... abandonar o luchar.
  • OPINIÓN PERSONAL:
Esta novela ME ENCANTÓ por muchas razones. Primera: aunque parezca la típica novela juvenil en la que se está acabando el mundo, tiene mucha originalidad y la idea es buenísima. También hay que decir que el autor ha sabido aprovechar cada momento de la historia, exprimiendo en las zonas necesarias, y dejando correr las que son más aburridas. Los personajes son muy cercanos, consigues entender todas las decisiones de la protagonista, ya que está escrito en primera persona. Hay otros personajes con los que te encariñas muy rápido, y da mucha pena terminar el libro porque, al fin y al cabo, has acompañado a Cassie y a los demás durante toda la historia. Pero por suerte, hay segundo libro, El mar infinito.
Han hecho película, aunque os recomiendo leer antes el libro, y así os podéis imaginar todo tal y como queráis :).
Bueno, de verdad espero que, a los que lo hayáis leído, os haya gustado tanto como a mí; y los que no, os lo recomiendo MUCHÍSIMO.











sábado, 2 de abril de 2016

Relato corto





















9 de julio de 2184




            A quien corresponda, a quien quiera oír y entender, a todos:



            Escribo esto desde la cárcel. Esta carta es una súplica ante la injusticia,  es la rebeldía de no aceptar que mi caso caiga en el olvido.
           
            Mi ejecución será el veintiséis de julio del 2184, dentro de dos semanas. Supongo que en este corto tiempo seré capaz resumir mi vida brevemente, antes de afrontar mi destino.

            Antes de mí, mi madre tuvo dos hijos más; un varón y una mujer, cada uno con su combinación cromosómica. En el momento de mi concepción, salió seleccionada exactamente la misma secuencia genómica que posee mi hermana. Lo que nos hace idénticas, es decir, clónicas. Sé que suena imposible, pero no es así. Esto es lo que me sucedió a mí. La combinación de mi hermana se repitió. Es muy improbable (de una entre billones) si. Pero no imposible.

            El genoma humano se compone de una combinación de veintitrés pares de cromosomas, la mitad de ellos del padre y la mitad de la madre. Dicen que las personas son irrepetibles, yo soy la viva prueba de que esto no es cierto.
           
            En mis primeros años de vida nadie se dio cuenta, pero al ir creciendo, mi familia se percató de que era idéntica que mi hermana mayor. Cuando cumplí los diez años, me llevaron ante mi tío que es ingeniero genético y su equipo, secuenciaron mi ADN y el de mi hermana y al compararlo se dieron cuenta.

            La noticia voló, y pronto los periódicos se llenaron de títulos como: “Gemelas de distinta edad” o “Hija repetida” Tras unas semanas todo el mundo supo de mí y mi singularidad. A partir de aquí viajé a muchas universidades o laboratorios del mundo junto a mi hermana y nadie creyó que mi existencia fuera fruto del azar y no estuviese manipulada genéticamente.

            Hace ya mucho tiempo los científicos aprendieron a clonar y modificar genéticamente  a animales y humanos. Hubo una época  en la que los laboratorios creaban una enorme variedad de productos que vendían con éxito en el mercado. Las variedades se fueron complicando llegando a generar verdaderos monstruos y los exhibían como forma de diversión al público, se generalizó la clonación masiva y la venta de productos clonados. Se llegaron a extremos terribles donde parecía que la vida humana no tenía ninguna importancia y se podía jugar con ella.

            Tras todo ello, hubo una dramática crisis seguida de una revolución, que acabó con la era de la clonación.  El Consejo del Estado dictaminó una ley que prohibió bajo pena de muerte la clonación humanos y automática eliminación del Producto Genético Clonado (P.G.C.). 

            En cuanto los científicos sugirieron que yo era artificial todo se complicó. Se abrió una detallada investigación que no dejó lugar a dudas. Yo sólo podía ser un producto tecnológico. El gobierno decidió castigar al que me modificó. Investigaron a fondo a mi tío y a todo su equipo y pasaron varios días en prisión, pero no consiguieron nada que pudiera incriminarles.

            No podían dejar pasar un caso así, sin castigo la gente volvería a hacerlo y eso no se podía permitir. Y tras meses de debate llegaron a una solución: eliminar al P.G.C.

            ¿De verdad creen que con eso evitaran que se repita?

            No puedo probar ser natural porque no tengo memoria de mi nacimiento, y mucho menos pruebas de mi concepción. No soy un P.G.C. Pero, si lo fuera ¿Tendría yo la culpa de ser un experimento? Y, en cualquier caso, ¿No soy persona? ¿Y ser persona no es razón suficiente para tener derecho a vivir?

            Mi familia se ha opuesto a esta sentencia por todos los medios inimaginables, pero todo ha sido en vano. Supongo que no estoy preparada para mirar a la muerte a los ojos. Quien puede ver en el vacío...

            Durante muchísimo tiempo hemos pensado que la tecnología mejoraría nuestra calidad de vida y salvaría nuestro mundo. Y ahora es esa misma tecnología la que me acusa y me sentencia. Pero, todos aceptamos el dogma, la ciencia es infalible, no existen los milagros.

            Pronto mi vida llegará a su fin, y realmente espero que mi historia sirva en tiempos futuros. Me despido de este mundo, deseando que algún día se llene de esperanza.

            Dadin Gid.